Ya ha llovido desde que Brian Acton y Jan Koum, ambos antiguos empleados de Yahoo!, dieran a luz esta plataforma en 2009. Por aquel entonces, no eran muchos los que se aventuraban a dar excesivo crédito a esta invención, a pesar de su tremendo potencial. Un potencial que, de hecho, obligó a sus desarrolladores a convertirlo en un servicio de pago para evitar que, con los años, siguiera creciendo a un ritmo tan descomunal como lo estaba haciendo. Luego cambiarían de nuevo al sistema de software gratuito. Entre medias, y tras varios inversores y capital externo, en diciembre de 2013 WhatsApp acumulaba más de 400 millones de usuarios activos. Esta cifra, realmente escandalosa, probablemente tuviera un rol vital en la decisión del gigante americano Facebook de comprar la plataforma por un precio estimado de unos mil millones y medio de dólares en febrero de 2014. Y bajo el manto de la obra magna de Mark Zuckerberg llega WhatsApp a lo que es a día de hoy: la plataforma de mensajería online por excelencia. Existen otras alternativas menos intrusivas como la creciente Telegram, cosa que obligará a los americanos a no dormirse en los laureles.