A partir del siglo XII, surge el movimiento trovadoresco. Nacen los llamados trovadores, troveros y minnesänger. Son compositores y poetas que en ocasiones eran también cantores de su propia obra. En sus obras se emplean lenguas romances autóctonas: dialectos franceses, alemán, portugués, etc. La música medieval profana se centra en los intereses humanos, sobre todo en el amor, la guerra y la naturaleza. A diferencia del canto litúrgico, en las obras de los trovadores se empleaban instrumentos musicales como acompañamiento. Se acompañaban por un juglar que tocaba la viela, el laúd o el arpa. Algunos de sus creadores fueron Dietmar von Aist, Friedrich von Husen y a Walter von der Vogelweide.