Mayoría de los municipios de la península itálica crean un podestá, un único magistrado ejecutivo dotado de poderes judiciales y políticos. Esta persona era de fuera de la ciudad en la que era elegido, remplazando a los cónsules de la misma y con el objetivo de terminar con las luchas facciosas por múltiples cargos públicos dentro de una ciudad. (jan 1, 1200 – dec 31, 1225)