Proclamado por Abd al-Rahman III, el Califato de Córdoba eleva a Al-Ándalus al rango de uno de los poderes más importantes del mundo islámico, independiente tanto política como religiosamente del Califato Abasí. Durante su apogeo, Córdoba se convierte en un centro de esplendor cultural, científico y económico. Bajo líderes como Abd al-Rahman III y su sucesor Al-Hakam II, el califato experimenta una era dorada. Sin embargo, tras la muerte de Al-Mansur en 1002, el califato entra en declive, lo que lleva a su desintegración en los reinos de taifas en 1031.