Fue el estiblo más emblemático de los años sesenta. Surgiendo entre grupos de jóvenes cineastas franceses se propuso renovar e incluso regenerar cinematografías consideradas en declive. Los nuevos cineastas, procedentes en su mayoría de la crítica del cine o del documental, rechazaban las estructuras generales del cine de la época, que juzgaban excesivamente las académicas, defendían la espontaneidad y el rodaje en exteriores, y también expresar en la pantalla su cultura cinematográfica, incluso su talento dee autodidactas, recurriendo a veces a la improvisación y, siempre, a actores nuevos. Directores destacados: Truffaut, Rohmer o Godard.