Tras el golpe militar que derrocó a Perón, una dictadura apoyada por políticos de la oposición y la jerarquía eclesiástica se encaramó en el poder. Desde allí, persiguen a quienes habían tenido participación en el gobierno peronista, con especial foco en los trabajadores, mientras restablecen una política económica colonial, cuyos efectos serán visibles por décadas.