Francisco Primo de Verdad fue uno de los personajes del Ayuntamiento de México que solicitó en 1808 al virrey Iturrigaray la instalación de una Junta provisional que gobernara en nombre de Fernando VII. Conociendo la situación en España, la élite novohispana no era ajena a los cuestionamientos acerca de la encarnación de la soberanía de los territorios bajo el dominio español.