El terremoto de la ciudad de Chillán de 1939, de magnitud 7,8, ostenta el récord de víctimas mortales en la historia de los numerosos sismos de Chile: entre 24.000 y 40.000, según diversas fuentes.
Debido a la hora en la que se produjo (11:32 de la noche), la mayoría de habitantes de Chillán no tuvo tiempo de salir a las calles. Quienes no murieron por causa directa del desastre, sufrieron las consecuencias de enfermedades y la falta de agua, higiene y alimentos.