Basta escuchar el tintineo de los llaveros que la mayor parte de la gente lleva consigo para darnos cuenta cuán importante se ha vuelto la seguridad en nuestros días. Los egipcios fueron los primeros en poner las cosas bajo llave hace aproximadamente 4,000 años (los nudos difíciles fueron una opción durante mucho tiempo). La contraparte de madera incluía una llave que levantaba unos cilindros, permitiendo que una aldaba quedara libre y pudiera deslizarse. El diseño era similar en principio a la cerradura moderna inventada en 1848 por Linus Yale, cuyo nombre aún adorna billones de llaves.