En ese sentido podemos hablar de una educación sexista ya que el niño aprendía sobre agricultura, el manejo de las armas, ritos religiosos mientras que las niñas se dedicaban a formarse en tareas domésticas.
Una vez que los romanos entraron en contacto con la cultura griega, la educación familiar no era suficiente y copiaron gran parte de los métodos de enseñanza y actividades del sistema de Grecia. A partir de entonces, Roma se llenó de preceptores griegos y filósofos. Las familias con más recursos económicos contrataban un preceptor privado para sus hijos mientras que, para las familias más pobres y para esclavos, apareció la figura del maestro de escuela.
A grandes rasgos, podríamos decir que la educación en la antigua Roma se basaba en el estudio de la literatura latina y griega. Además, la intención era formar a los alumnos en el arte de la oratoria. Podemos hablar de tres etapas: la instrucción primaria, lectura y literatura, y las clases de retórica. Pero estas fases sólo iban dirigidas a las familias adinerada ya que no era gratis.