Cuando Louis Lumiére recurrió al engarce de cuatro películas en 1896, es considerado como el primer montaje, creando una secuencia cinematográfica. En las películas de los Lumière se escogía un encuadre para plasmar la realidad, filmando sin ningún control, dando lugar al Montaje Sintético (donde la acción se desarrolla dentro de un mismo plano como principal característica).