Los orígenes de la tabla periódica se remontan al año 1789, cuando Antoine Lavoiser publicó una lista de 33 elementos químicos, agrupándolos en gases, metales, no metales y tierras. Pese a que era muy práctica y todavía funcional en la tabla periódica moderna, fue rechazada debido a que había muchas diferencias tanto en las propiedades físicas como en las químicas.