Cientos de personas salieron a protestar en La Habana en el acto de protesta contra el gobierno más masivo hasta ese momento.
Horas más tarde, Fidel Castro acude en persona a apaciguar la revuelta y exhorta a la gente a "derrotar a los apátridas" que protestan. Lo cual derivó en un enfrentamiento entre los "grupos de choque" y manifestantes
El dictador finalmente abrió el mar para que que se fueran. Decenas de miles de cubanos aprovecharon la oportunidad y se lanzaron en balsas precarias hacia Estados Unidos.