En la década de los 60 surgieron un grupo de jóvenes que se propusieron renovar, incluso regenerar, cinematografías consideradas en declive. defendían la espontaneidad y el rodaje en exteriores, y también expresar en la pantalla su cultura cinematográfica, incluso su talento de autodidactas, recurriendo a veces a la improvisación y, siempre, a actores nuevos.