Es con el gran director soviético cuando los destinos de la vanguardia se convierten en una teoría sistemática, y no sólo un programa de acción, por medio de la búsqueda de la “verdad” revolucionaria.Su concepción del montaje como “choque” (en contraposición al montaje “transparente” de Bazin”) se materializa tanto en el “Montaje de las atracciones” como en el “Montaje intelectual” el sentido no descansa en los elementos, sino en las relaciones de éstos entre sí: todo ello como instrumento discursivo de educación -influencia- del espectador