Fue iniciado un juicio y condenada por traición, gastos excesivos e incluso acusación falsas de incesto con su hijo (una acusación tan escandalosa que incluso sus enemigos se horrorizaron). Fue guillotinada en la Plaza de la Revolución, murio a los 38 años. Se dice que su última palabra fue "Perdón, señor", al pisar accidentalmente el pie del verdugo.