En Oriente, el imperio Bizantino, heredero de Roma, tomó su relevo en el arte de la perfumería y desarrolló una industria muy importante, quizás más que la de la propia Roma, por el hecho de tener mas cerca las primeras materias y contar con una mano de obra de población oriunda de sus vecinos orientales de tradición perfumista; en tanto que Roma era un país eminentemente importador. Pero no tardaría demasiado en surgir una nueva potencia perfumera, la de los árabes. (aug 7, 120 – apr 13, 456)