Fue pintado por Francisco de Goya y se conserva en el Museo del prado. La intención de Goya era plasmar la lucha del pueblo español contra la dominación francesa. La pintura es oscura, muestra imágenes fuertes y crea el arquetipo del horror en la pintura española, que Goya aprovechó en esa época para sus aguafuertes titulados Los desastres de la guerra.