1919 se registra la primer patente de una máquina criptográfica, la cual corresponde a una máquina llamada Enigma, obra del holandés Alexander Koch y el alemán Arthur Scherbius, este último realizó varias versiones de Enigma junto con Richard Ritter, y conjuntamente fundaron en Berlín la compañía Chiffriermaschinen Aktien Gesellschaft para levar a cabo la producción comercial de la máquina