Los chinos comenzaron usando corteza, fibras de bambú y otros materiales parecidos para fabricar papel. Le tomó siglos al papel llegar hasta nosotros. De China pasó a Japón, de ahí a Asia Central y a Egipto. Hasta entonces, los escritores podían escribir, pero el pergamino, piel o seda usada por los primeros escritores eran prohibitivamente caros.