El 4 de noviembre de 1952, un terremoto de magnitud 9.0 alcanzó Kamchatka, en Siberia, y las Islas Kuriles, provocando devastadores maremotos que alcanzaron Hawai, Japón, Alaska, Chile y Nueva Zelanda. Los tsunamis que desencadenó alcanzaron Hawai, Japón, Alaska, Chile y Nueva Zelanda.