15 Sept 886 Jahr - La llegada del emperador

Beschreibung:

El hambre y las enfermedades se estaban cobrando un alto precio en los parisinos durante la primavera de 886. En abril no había suficiente espacio en la ciudad para enterrar a los muertos. Uno de los que sucumbió fue Gauzelin, que cayó enfermo y murió el 16 de abril, descargando un fuerte golpe sobre la moral de los parisinos. Hugo, abad de St. Germain l’Auxerrois, asumió el liderazgo espiritual de la ciudad pero también murió tres semanas después, dejando que los parisinos cayeran en la desesperación. El 28 de mayo, el conde Eudes abandonó París en secreto y cabalgó para encontrarse con el emperador y rogarle que dirigiera en persona un ejército para levantar el asedio. Eudes no recibió ninguna seguridad y a su regreso a París sufrió una emboscada ante las puertas de la torre en ruinas de la orilla norte, porque los daneses se habían enterado de su regreso con antelación. Mataron al caballo que montaba, pero Eudes y un cuerpo de tropas frescas se abrieron camino hacia el interior de la ciudad con provisiones.

No fue hasta el mes de septiembre que Carlos, apremiado por el arzobispo de Reims, que le había advertido que si perdía París perdería el reino, reclutó un ejército y marchó para liberar la ciudad. De camino, Enrique de Franconia murió el 28 de agosto en una escaramuza con los daneses después de que su caballo cayera en una zanja. Carlos estableció su campamento al pie de Montmartre pero, para desesperación de los parisinos, simplemente abrió negociaciones con los daneses, concediéndoles exactamente lo que habían pedido antes de iniciar el asedio: permiso para navegar más allá de París y pasar el invierno saqueando a los burgundios, cuyo conde había sido desleal. Es posible que esto tuviera sentido para Carlos, pero a los parisinos les parecía casi una traición y se negaron a dejar pasar a los daneses (presumiblemente en ese momento ya habían reparado el Petit Pont). Los daneses se vieron obligados a arrastrar sus barcos por tierra y botarlos de nuevo en el río corriente arriba de París. Llegada la primavera, Carlos dejó aún más claro que no merecía ningún mérito por su liberación de París cuando pagó a los daneses 318 kilos de plata para que abandonasen el Sena. Algunos de los daneses se fueron, pero un gran contingente al mando de Rollo se quedó atrás.

El comportamiento de Carlos el Gordo en París hizo que pareciera débil e incompetente y rápidamente fue perdiendo apoyos. Mientras estaba celebrando un consejo en Frankfurt, en noviembre de 887, Carlos fue depuesto por su sobrino, Arnulfo de Carintia (887-899), que fue elegido rey por los francos del este. Abandonado incluso por sus sirvientes, Carlos se retiró a sus propiedades de Donaueschingen en la Selva Negra donde murió el 13 de enero de 888: se rumoreó que fue estrangulado por orden de Arnulfo. La muerte de Carlos selló la ruptura definitiva del imperio de Carlomagno. El golpe de Arnulfo solo fue reconocido por los francos del este. Los nobles de Borgoña, Provenza e Italia eligieron sus propios reyes, al igual que los de Francia Occidental, que escogieron a Eudes (888-898), el héroe del asedio de París y el primer rey de los francos que no era merovingio ni carolingio. Francia Occidental y Oriental no se volvieron a unificar nunca más, desarrollándose en los reinos medievales de Francia y Alemania.

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