Cuando comienza el reinado de Felipe IV (1621) ocupa el puesto de “valido” (favorito al que el rey deja la tarea de gobernar) el Conde-Duque de Olivares. Olivares intenta resucitar la política hegemónica introduciendo a España en la Guerra de los Treinta Años.
El programa político de Olivares intentó la recuperación del prestigio exterior de la Monarquía Hispánica y la reforma interior. Emprenderá un programa de reformas económicas, administrativas y políticas que tuvieron un resultado desigual. En términos generales podemos decir que la política de Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares, se caracteriza por el centralismo y el autoritarismo.