Con él, los destinos de la vanguardia se convirtieron en una teoría sistemática, y no sólo un programa de acción, a través de la búsqueda de la “verdad” revolucionaria.
1. El procedimiento de montaje se interiorizó y, por tanto, se convirtió en un principio de rango teórico, cuya manifestación no tenia por qué ser evidente ni visible, salvo para el analista; además, cualquier nuevo elemento que aparecía era rápidamente incorporado a esa dialéctica: - El sonido en todas sus variantes. - El color. - A día de hoy el 3D. 2. El fragmentarismo (capital en la experiencia moderna), estaba en la mirada que contemplaba las obras, no en las obras mismas. 3. Elaboración a partir del concepto de montaje de los grandes problemas de la filosofía de la forma. El montaje no era sólo el principio sino también el método de conocimiento privilegiado de una sensibilidad: el montaje era como el instrumento de conocimiento.
Todo ello crea una teoría fílmica que aún no ha podido ser rebasada. Se apela a Eisenstein como el punto terminal de la concepción del fragmentarismo. Su concepto del montaje como “choque” se materializa como instrumento discursivo de educación (influencia) del espectador.
